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Apenasnadie

Añoranzas...

 

 

 

 

La tarde agoniza lentamente ante mis ojos que se sienten heridos por los rayos de un Sol que se muere suavemente desangrando su vida en miles de tonos púrpura que se diluyen en las aguas del mar volviéndolo de un tono rojizo que semeja sangre solar.

 

Me siento sobre la arena tibia aún por el calor diurno y miro al disco solar directamente, sin parpadear, tratando de llenar mis ojos con su luz, trato de que invada mi cuerpo alguna sensación que no sea la añoranza de ella, que no sea el dolor por haberla perdido hace, ya, unos años, en éste mismo punto... en éste mismo mar.

 

Aún recuerdo nítidamente lo sucedido, aquella tarde, hace ahora unos 5 años, disfrutábamos los dos de nuestras primeras vacaciones juntos, tras largos meses ahorrando y planeando todo el viaje nos encontramos en ésta playa y disfrutamos de nosotros y del entorno, de día, playa, paseos, comidas y demás actividades propias de unas vacaciones. De noche, nosotros, nuestro amor a la luz de la Luna que entraba por la abierta balconada que daba directamente al mar, arrullados por el rumor de las olas sintiéndonos libres y atados el uno al otro a la vez. Hacíamos el amor con la tranquilidad que te da el saber que el tiempo es tuyo, que tienes toda la vida por delante, al menos así lo pensábamos entonces, luego la realidad fue mucho mas cruel y muy distinta.

 

Aquella tarde habíamos comido a deshora, y aún, yo al menos, me encontraba un tanto pesado con la digestión de una abundante y bien preparada paella de ésas que se preparan en los chiringuitos a pie de playa, regada ella con abundante vino de la tierra, como decía y aseguraba el camarero, luego, tras unos cafés y un rato de charla, dimos un paseo por la playa aprovechando que era un poco tarde ya y el calor había decrecido bastante, además, se había levantado una brisa que refrescaba el ambiente, esa brisa luego me dijeron que producía un efecto en el mar llamado resaca, no, no tiene nada que ver con la que deja una borrachera, esa resaca es una corriente que te arrastra mar adentro y, si es muy fuerte, te puede llevar muy lejos.

 

Al rato de pasear me dijiste:

 

-¿Nos bañamos... ? Hace calor y me apetece.

-Mira mejor no- le contesté yo -hace poco que hemos comido y yo, al menos prefiero hacer la digestión, te aconsejo que hagas lo mismo tu y no  te bañes ahora.

 

Pero no me hizo caso y echó a correr hacia el agua como una niña pequeña que quisiera jugar con las olas, y se metió en el agua, al principio todo iba bien, nadaba un poco pero lentamente, sin darnos cuenta se fue alejando de la costa, cuando quiso reaccionar ya era tarde, el agua se la llevó, se la tragó casi de repente, tan deprisa que ni me dio tiempo a buscarla, simplemente desapareció.

 

Se dio la voz de alarma, se la busco varios días, los pequeños barcos pesqueros colaboraron en la búsqueda infructuosa, nada, se la había llevado el mar y no quería ni devolver su cuerpo, un par de días más tarde me comunicaron que habían abandonado la búsqueda y que no había forma humana de dar con ella, seguramente alguna corriente submarina la había arrastrado muy adentro del mar sin posibilidad alguna de recuperar su cuerpo.

 

Yo me quedé anonadado sentado en éste mismo lugar que estoy ahora varios días, casi ni me movía de aquí, esperaba que en cualquier momento podía aparecer de pronto, con la misma prontitud que se había marchado, al fin tuve que aceptar lo que era a todas luces inevitable y marcharme, pero me aseguré de que cada año volvería a éste mismo sitio el mismo día... y aquí estoy, por quinta vez he vuelto y ya no puedo mas.

 

Miro las olas, mansas y largamente onduladas, que rompen perezosas en la playa, la luz apenas existe ya, el sol se hundió definitivamente en el mar dejando un halo de luz crepuscular que hace aún mas extraño el lugar, aunque lo he visto ya varias veces, siempre me sorprende la inmensidad de las aguas que se abren ante mi, como la luz va apagándose lentamente para dar paso a miles de puntitos blancos en el cielo que al rato adquieren el estatus de estrellas, pero a mi me parecen lamparillas que velan su cuerpo, un cuerpo que recibió una enorme mortaja para cubrirla por siempre.

 

La noche ya es señora del lugar, la Luna aparece tímida, como con miedo a interrumpir mis meditaciones e ilumina la playa con su blanca y espectral luz, me ilumina directamente como preguntando que hago allí sentado en la arena, tantas horas sin moverme que ya las piernas se quedaron dormidas hace mucho rato y ni las siento.

 

De pronto, un remover de las aguas, un chapoteo, blancas espumas suben a lo alto como si algo emergiese de las profundidades y llamase mi atención, me levanto de un salto con grandes dolores en mis dormidas piernas y echo a caminar cojeando hacia las aguas, si

Hay un remolino en el mar, algo se remueve como queriendo salir a flote, una voz me llama y se me pone el vello de punta en todo el cuerpo porque es su voz, es su VOZ la que me está llamando, con urgencia, pero sin miedo, me implora que vaya con ella.

 

Obedezco ciegamente y me interno entre las olas que, de pronto, han adquirido vida propia, se remueven a mi alrededor como queriendo ayudarme a ir a ella, camino hasta que dejo de hacer pie y nado hacia el lugar de donde viene la voz, al menos así me lo parece, otra voz, en la playa me grita:

 

-¡¡SEÑOR, SEÑOR VUELVA, EL MAR ESTA MUY PELIGROSO  ÉSTA NOCHE... HAY RESACA.. VUELVAAAAAAAA...!

 

Pero no hago ni caso, ella me llama, ella me necesita y ya la abandoné haceo 5 años y no voy a abandonarla de nuevo ahora, voy con ella, me urge que la acompañe.

 

Rápidamente, todo lo rápido que puedo nadar me dirijo al lugar de donde vienen las voces, la corriente me ayuda mucho en mi avance y al poco llego al lugar, no hay nadie, estoy solo y cansado y con muy pocas posibilidades de volver a la costa pues, aparte de la corriente en contra, está mi desfallecimiento, me abandonan las fuerzas y me dejo hundir en las aguas tibias, la sensación es agradable, el agua me cubre completamente y muy despacio profundizo en el mar, mis pulmones amenazan estallar por la apnea y mi cabeza desvaría pues la veo ante mi, me sonríe y me alarga la mano a la que me aferró con la desesperación de los últimos momentos y me dejo llevar por ella a lo más profundo.

 

-Te estaba esperando, sabía que algún día vendrías a mi.

 

Y llevándome con ella nos perdimos en las profundidades del mar para siempre, para no separarnos nunca mas...

 

A los pocos días, el gerente del hotel, comunicó a mi familia en Madrid que me había ahogado en el mar y que había sido imposible recuperar mi cuerpo tal y como le había sucedido a mi mujer cinco años antes.

 

Están equivocados, ambos vivimos en el fondo del mar, nos hemos transformado en peces, peces que no recuerdan ya casi cuando eran humanos, ahora, libres, recorremos juntos los mares del mundo sin ataduras, sin nada que nos impida ser felices aunque, de vez en cuando, alguna añoranza a aquellos años que vivimos en la superficie nos invade un tanto a los dos, pero es tan hermoso lo que tenemos que ya no queremos volver... aunque pudiésemos, que no podemos.

 

 

 

Mar de los Sargazos

un día cualquiera de 2052 (en la superficie)

 

 

 

 

Añoranzas...

 

 

 

 

La tarde agoniza lentamente ante mis ojos que se sienten heridos por los rayos de un Sol que se muere suavemente desangrando su vida en miles de tonos púrpura que se diluyen en las aguas del mar volviéndolo de un tono rojizo que semeja sangre solar.

 

Me siento sobre la arena tibia aún por el calor diurno y miro al disco solar directamente, sin parpadear, tratando de llenar mis ojos con su luz, trato de que invada mi cuerpo alguna sensación que no sea la añoranza de ella, que no sea el dolor por haberla perdido hace, ya, unos años, en éste mismo punto... en éste mismo mar.

 

Aún recuerdo nítidamente lo sucedido, aquella tarde, hace ahora unos 5 años, disfrutábamos los dos de nuestras primeras vacaciones juntos, tras largos meses ahorrando y planeando todo el viaje nos encontramos en ésta playa y disfrutamos de nosotros y del entorno, de día, playa, paseos, comidas y demás actividades propias de unas vacaciones. De noche, nosotros, nuestro amor a la luz de la Luna que entraba por la abierta balconada que daba directamente al mar, arrullados por el rumor de las olas sintiéndonos libres y atados el uno al otro a la vez. Hacíamos el amor con la tranquilidad que te da el saber que el tiempo es tuyo, que tienes toda la vida por delante, al menos así lo pensábamos entonces, luego la realidad fue mucho mas cruel y muy distinta.

 

Aquella tarde habíamos comido a deshora, y aún, yo al menos, me encontraba un tanto pesado con la digestión de una abundante y bien preparada paella de ésas que se preparan en los chiringuitos a pie de playa, regada ella con abundante vino de la tierra, como decía y aseguraba el camarero, luego, tras unos cafés y un rato de charla, dimos un paseo por la playa aprovechando que era un poco tarde ya y el calor había decrecido bastante, además, se había levantado una brisa que refrescaba el ambiente, esa brisa luego me dijeron que producía un efecto en el mar llamado resaca, no, no tiene nada que ver con la que deja una borrachera, esa resaca es una corriente que te arrastra mar adentro y, si es muy fuerte, te puede llevar muy lejos.

 

Al rato de pasear me dijiste:

 

-¿Nos bañamos... ? Hace calor y me apetece.

-Mira mejor no- le contesté yo -hace poco que hemos comido y yo, al menos prefiero hacer la digestión, te aconsejo que hagas lo mismo tu y no  te bañes ahora.

 

Pero no me hizo caso y echó a correr hacia el agua como una niña pequeña que quisiera jugar con las olas, y se metió en el agua, al principio todo iba bien, nadaba un poco pero lentamente, sin darnos cuenta se fue alejando de la costa, cuando quiso reaccionar ya era tarde, el agua se la llevó, se la tragó casi de repente, tan deprisa que ni me dio tiempo a buscarla, simplemente desapareció.

 

Se dio la voz de alarma, se la busco varios días, los pequeños barcos pesqueros colaboraron en la búsqueda infructuosa, nada, se la había llevado el mar y no quería ni devolver su cuerpo, un par de días más tarde me comunicaron que habían abandonado la búsqueda y que no había forma humana de dar con ella, seguramente alguna corriente submarina la había arrastrado muy adentro del mar sin posibilidad alguna de recuperar su cuerpo.

 

Yo me quedé anonadado sentado en éste mismo lugar que estoy ahora varios días, casi ni me movía de aquí, esperaba que en cualquier momento podía aparecer de pronto, con la misma prontitud que se había marchado, al fin tuve que aceptar lo que era a todas luces inevitable y marcharme, pero me aseguré de que cada año volvería a éste mismo sitio el mismo día... y aquí estoy, por quinta vez he vuelto y ya no puedo mas.

 

Miro las olas, mansas y largamente onduladas, que rompen perezosas en la playa, la luz apenas existe ya, el sol se hundió definitivamente en el mar dejando un halo de luz crepuscular que hace aún mas extraño el lugar, aunque lo he visto ya varias veces, siempre me sorprende la inmensidad de las aguas que se abren ante mi, como la luz va apagándose lentamente para dar paso a miles de puntitos blancos en el cielo que al rato adquieren el estatus de estrellas, pero a mi me parecen lamparillas que velan su cuerpo, un cuerpo que recibió una enorme mortaja para cubrirla por siempre.

 

La noche ya es señora del lugar, la Luna aparece tímida, como con miedo a interrumpir mis meditaciones e ilumina la playa con su blanca y espectral luz, me ilumina directamente como preguntando que hago allí sentado en la arena, tantas horas sin moverme que ya las piernas se quedaron dormidas hace mucho rato y ni las siento.

 

De pronto, un remover de las aguas, un chapoteo, blancas espumas suben a lo alto como si algo emergiese de las profundidades y llamase mi atención, me levanto de un salto con grandes dolores en mis dormidas piernas y echo a caminar cojeando hacia las aguas, si

Hay un remolino en el mar, algo se remueve como queriendo salir a flote, una voz me llama y se me pone el vello de punta en todo el cuerpo porque es su voz, es su VOZ la que me está llamando, con urgencia, pero sin miedo, me implora que vaya con ella.

 

Obedezco ciegamente y me interno entre las olas que, de pronto, han adquirido vida propia, se remueven a mi alrededor como queriendo ayudarme a ir a ella, camino hasta que dejo de hacer pie y nado hacia el lugar de donde viene la voz, al menos así me lo parece, otra voz, en la playa me grita:

 

-¡¡SEÑOR, SEÑOR VUELVA, EL MAR ESTA MUY PELIGROSO  ÉSTA NOCHE... HAY RESACA.. VUELVAAAAAAAA...!

 

Pero no hago ni caso, ella me llama, ella me necesita y ya la abandoné haceo 5 años y no voy a abandonarla de nuevo ahora, voy con ella, me urge que la acompañe.

 

Rápidamente, todo lo rápido que puedo nadar me dirijo al lugar de donde vienen las voces, la corriente me ayuda mucho en mi avance y al poco llego al lugar, no hay nadie, estoy solo y cansado y con muy pocas posibilidades de volver a la costa pues, aparte de la corriente en contra, está mi desfallecimiento, me abandonan las fuerzas y me dejo hundir en las aguas tibias, la sensación es agradable, el agua me cubre completamente y muy despacio profundizo en el mar, mis pulmones amenazan estallar por la apnea y mi cabeza desvaría pues la veo ante mi, me sonríe y me alarga la mano a la que me aferró con la desesperación de los últimos momentos y me dejo llevar por ella a lo más profundo.

 

-Te estaba esperando, sabía que algún día vendrías a mi.

 

Y llevándome con ella nos perdimos en las profundidades del mar para siempre, para no separarnos nunca mas...

 

A los pocos días, el gerente del hotel, comunicó a mi familia en Madrid que me había ahogado en el mar y que había sido imposible recuperar mi cuerpo tal y como le había sucedido a mi mujer cinco años antes.

 

Están equivocados, ambos vivimos en el fondo del mar, nos hemos transformado en peces, peces que no recuerdan ya casi cuando eran humanos, ahora, libres, recorremos juntos los mares del mundo sin ataduras, sin nada que nos impida ser felices aunque, de vez en cuando, alguna añoranza a aquellos años que vivimos en la superficie nos invade un tanto a los dos, pero es tan hermoso lo que tenemos que ya no queremos volver... aunque pudiésemos, que no podemos.

 

 

 

Mar de los Sargazos

un día cualquiera de 2052 (en la superficie)

 

 

 

 

Magia...

MAGIA... 

Es el agua, es el viento
Es resumen de todo lo que siento
Es la arena, es el sentimiento
Es la tinta que no borra ni el silencio...
Es el aire de puntillas
Es la calma cogiendo carrerilla
Es el sabor de lo pequeño..... Es tocar un sueño...
Es el mapa de un suspiro
Es lo que hay cuando te miro
Es el duende del latido de tu corazón...

Magia es probar a volcar lo que hay en el fondo de ti
Magia es verte sonreír....
Magia es probar a saltar sin mirar
Es caer y volver a empezar...

Es el tiempo , es la hoguera
Es la mano que mece la marea
Es la tierra, es la bandera blanca
Es la gota de una lluvia de esperanza...
Es el mundo de puntillas
Es la vida cogiendo carrerilla
Es el sabor de lo pequeño.... Es tocar un sueño
.... Es el mapa de un suspiro
Es lo que hay cuando te miro
Es el duende del latido de tu corazón...

Magia es probar .........

Es el mapa de un suspiro
Es lo que hay cuando te miro
Es el duende del latido de tu corazón y el mío
Es la meta y el camino
Es la suerte y el destino

Es la fuerza del latido de tu corazón.............

Magia es probar ...

 

 

 

Ya, ya sé que prefieres letras de mi propia cosecha, lo siento,  pero hay veces que alguien consigue decir de manera exacta lo que uno pretende escribir y, en esas veces, está permitido tomar prestadas palabras de otros... no sé quien me lo ha dicho pero es muy cierto.

 

Ya, ya sé que no puedes escuchar a Rosana, tan dulce, tan rítmica, tan de guitarra... pero sobre todo tan de sus letras y su filosofía, que sé que sí puedes escuchar. E incluso sentir.

 

No sé dónde pueden estar los topes de una Amistad. Siquiera sé si los hay. Sea como sea nos enteraremos en su debido momento.

Tampoco sé dónde está el final del camino físico de cada uno, pero también nos enteraremos, prometido.

 

De lo único (bueno, casi de lo único) que estoy convencida es que TÚ sigues teniendo magia y yo sigo aprovechándome de ella. Y de que si yo tengo alguna magia es tuya cuando la necesites.

 

GRACIAS por tu regalo futuro y tu confianza en mí.

GRACIAS por haber aparecido en mi vida y dedicarme tus momentos tristes y tus momentos alegres.

GRACIAS por hacerme sentir querida e importante.

GRACIAS por que, a día de hoy, si tú no fueras como eres, yo no sería como soy. Y tampoco formarías parte de mi vida, aunque suene prepotente y egoísta.

GRACIAS por tus ojos. Por tus sonrisas. Por tus palabras . Por tus silencios. Por tu lucha. Por tu afán de mejora.

Porque tienes MAGIA, Rafa. Y eso no va a quitártelo ni esa amiga que algún día conseguirá lo que pretende, aunque yo sé que no es el momento, tan bien como tú.

Pero cuando lo haga... me encontrará preparada. Don Carlos ya me enseñó el camino y, junto a él, te he reservado un sitio especial.

Eso sí, ya me ha dicho el mismo Don Carlos que tardes, que no le sale de los cojones que vayas ya porque aún te necesitamos por aquí. Y este hombre tiene mucho poder de convicción, hazme caso.

Por cierto...

Te dejo una sonrisa y un hombro. Por si tienes que apoyarte para caminar.

Y recuerda tu alegato de presentación:  Tranquilo... con esperanza de vida.

Yo no quiero saber cuánto... sólo quiero saber que yo también te quiero.

Dana.

 

Como niebla

COMO NIEBLA
Como la niebla en la mañana que, perezosa
se deshilacha en albs guedejas que, presurosas
se encumbran hasta quedar prendidas en las copas
de los árboles que, bajo ellas, las arropan.
Como el cielo de oscuro azul vestido
se torna, lentamente, sin el menor descuido
en azul mas claro y luminoso
y tiende a reflejar, del Sol, sus rayos vigorosos.
Asi, a veces me siento yo, que me disuelvo en mi
que dejo de estar y no soy lo que nunca fui
y busco en mi mismo el impulso
el camino que me lleve, incluso
a lograr las metas que antaño se me impuso.
Me siento fugaz y a la vez eterno,
me encuentro en mi sin estar, sin ser mi dueño
y trato de llevarme en mi
me siento tan pequeño
que solo puedo medio decir que no,
no quiero ser un sueño y deseo vivir
y vivo por ello.
Al fin me despierto y siento, aún en mi
los efectos del mismo sueño que acabo de vivir
el mismo que me dice, a veces, te quiero
y que está aquí... junto a mi,
por lo tanto, no es un sueño
me quiere tan solo a mi.
Rafa
9 de agosto de 2006
El Mago de la Chistera

Como niebla

COMO NIEBLA
Como la niebla en la mañana que, perezosa
se deshilacha en albs guedejas que, presurosas
se encumbran hasta quedar prendidas en las copas
de los árboles que, bajo ellas, las arropan.
Como el cielo de oscuro azul vestido
se torna, lentamente, sin el menor descuido
en azul mas claro y luminoso
y tiende a reflejar, del Sol, sus rayos vigorosos.
Asi, a veces me siento yo, que me disuelvo en mi
que dejo de estar y no soy lo que nunca fui
y busco en mi mismo el impulso
el camino que me lleve, incluso
a lograr las metas que antaño se me impuso.
Me siento fugaz y a la vez eterno,
me encuentro en mi sin estar, sin ser mi dueño
y trato de llevarme en mi
me siento tan pequeño
que solo puedo medio decir que no,
no quiero ser un sueño y deseo vivir
y vivo por ello.
Al fin me despierto y siento, aún en mi
los efectos del mismo sueño que acabo de vivir
el mismo que me dice, a veces, te quiero
y que está aquí... junto a mi,
por lo tanto, no es un sueño
me quiere tan solo a mi.
Rafa
9 de agosto de 2006
El Mago de la Chistera

Como niebla

COMO NIEBLA
Como la niebla en la mañana que, perezosa
se deshilacha en albs guedejas que, presurosas
se encumbran hasta quedar prendidas en las copas
de los árboles que, bajo ellas, las arropan.
Como el cielo de oscuro azul vestido
se torna, lentamente, sin el menor descuido
en azul mas claro y luminoso
y tiende a reflejar, del Sol, sus rayos vigorosos.
Asi, a veces me siento yo, que me disuelvo en mi
que dejo de estar y no soy lo que nunca fui
y busco en mi mismo el impulso
el camino que me lleve, incluso
a lograr las metas que antaño se me impuso.
Me siento fugaz y a la vez eterno,
me encuentro en mi sin estar, sin ser mi dueño
y trato de llevarme en mi
me siento tan pequeño
que solo puedo medio decir que no,
no quiero ser un sueño y deseo vivir
y vivo por ello.
Al fin me despierto y siento, aún en mi
los efectos del mismo sueño que acabo de vivir
el mismo que me dice, a veces, te quiero
y que está aquí... junto a mi,
por lo tanto, no es un sueño
me quiere tan solo a mi.
Rafa
9 de agosto de 2006
El Mago de la Chistera

Quizá... Tal vez... Es posible

 

 

QUIZÁ... TAL VEZ... ES POSIBLE
Quizá te sorprenda la aparente seguridad de mi mirada
puede que veas en ella fulgores inconfesable de deseos ocultos
que destellan en momentos inesperados y poco convenientes
como dando salida a tensiones internas que se producen
en ciertos momentos de la vida que, sin querer, nos conducen
a situaciones, a veces insospechadas de por si mismas increíbles.
Tal vez creas hallar en mis palabras el bálsamo que necesitas
que sientas en tu alma, un tanto secuestrada, que se te irritan
viejas cictrices mal cerradas que el tiempo no dulcifica
y que te llevan a no quererte nada, a ignorarte en tu vida,
y por eso te digo hoy que te hagas un gran favor a ti misma
que te quieras un poco y te cuides esas viejas heridas.
Es posible que creas que nunca mas volveras a ser dichosa
que el amor para ti ya no es sino viejas cosas
palabras viejas y oxidadas que fruncieron tus labios
en viejos besos que entonces fueron tan sabios
y que hoy, cuando los añoras y recuedas, te saben amargos
porque piensas que, de alguna forma, te fueron robados.
Quizá el tiempo te de la suficiente fortaleza de aprender
de buscar en ti la verdad que ahora te niegas.
Tal vez ese mismo tiempo, bálsamo que nada cura
pero que todo suaviza y adormece
te haga llegar a ver que eres tu, mujer, quien se merece
ese amor que viene hacia ti, que un día aparece
y te hace de nuevo sentir que eres mujer, que te apetece.
Es posible que ése amor que ahora ignoras y desconoces
llame a tu puerta, abra tu alma al viento de la noche
y aquellos viejos besos robados que saben añejos
se vuelvan vivos en tus labios...
que te roben lentamente el juicio y te llenen de deseos.
Mujer, quierete un poco a ti misma,
sé tu mejor amiga, no lo dudes
pues solo tu puedes curarte las heridas
que dejaron en ti viejos amores.
Escucha mis palabras que no son sabias
pero que tienen el valor del cariño
que quieren hacerte sentir, como un niño
e invitarte a jugar en el jardin...
Tal vez... yo sea ese niño.
Rafa
29 de junio de 2006
Leafar el Mago de la Chistera

La ermita de las dunas del tiempo

 

 

LA ERMITA DE LAS DUNAS DEL TIEMPO   

Había una vez, en un rincón remoto de uno de los mayores desiertos del mundo, un oasis escondido entre altas dunas inmóviles, dunas de las llamadas "muertas" porque no se movían al impulso de los fuertes vientos que, en ocasiones, arreciaban por aquellos contornos. El oasis, desconocido para la inmensa mayoría de los ocasionales seres que acertaban a pasar de vez en cuando cerca de aquellas dunas enormes y, sin saber muy bien el porque, misteriosas que, con sus altas cimas que amenazaban con sepultarlo todo a su alrededor, llenaban de temor a los integrantes de las escasas caravanas de camellos que acertaban a pasar por sus inmediaciones. No se sabía desde cuando estaban allí aquellas formaciones de millones de granos de arena, ni como se formaron, ni porqué, los tuareg las llamaban "Las Colinas del Tiempo"  como algo que estuviese allí desde el principio de los tiempos y se resistiese a dejar de estar, eran altas y, aparentemente no había forma de traspasarlas, nadie había encontrado jamás un camino entre ellas, un resquicio por el que infiltrarse y nadie sabia lo que había tras sus moles, además, tampoco nadie tenía intención de investigar y por eso el misterio crecía a través de generaciones de nómadas del desierto que, en ocasiones, plantaban sus jaimas al abrigo de ellas. Las dunas parecían mirar desde su altura lo que les rodeaba, arenas y rocas sin ningún rastro de vida aparente, caravanas que con temor reverencial, trataban de pasar lo mas rápido posible junto a ellas, alguno que otro tuareg que plantaba su tienda al pie con su familia y sus camellos pero al no encontrarse agua, poco tiempo permanecían allí y la soledad de las dunas era total en la inmensidad del desierto. Desde hacía siglos se contaba una leyenda en las noches frías y estrelladas del desierto, alrededor de las hogueras los hombres susurraban una historia vieja que habían aprendido de sus padres, y estos de los suyos y se había pasado de generación en generación con respeto y, añadido, un poco de miedo, pues nadie sabía si era cierta o solo leyendas. Ya se sabe que los beduinos son muy creyentes en leyendas del desierto, historias mas o menos creíbles pero casi siempre encerrando alguna maldición. Sin embargo, las mujeres en la oscuridad de las jaimas se contaban la misma historia con satisfacción, incluso queriendo ser protagonistas de la misma, para ellas era como una liberación del trabajo diario, de los malos tratos que les daban sus maridos, del rigor del desierto siempre apurando la Vida en sus últimas posibilidades, el polvo, la arena, la falta de agua que, casi siempre, era angustiosa. Una noche una tribu de beduinos montó sus jaimas al pie de las Dunas del Tiempo, solo por una noche, a la mañana siguiente tenían previsto continuar su camino y no volver a pasar por los alrededores de aquellas amenazadoras dunas, tan altas y misteriosas. Tras la frugal cena, consistente en unos dátiles secos, queso de oveja y algo de leche, se sentaron en torno a la hoguera a comentar las cosas del día como hacían siempre. De pronto, uno de ellos pidió al mas anciano que les contase la Leyenda de la Ermita de las Dunas del Tiempo, éste, guardando silencio unos instantes, comenzó una historia que había contado cientos de veces... Hace muchos siglos, cuando el desierto aún no era desierto y los ríos corrían por lo que hoy son arenas, éstas dunas ya estaban instaladas aquí, nunca se movían de su sitio, no eran como aquellas que parecen caminar con el viento, éstas no se han movido jamás de donde se encuentran ahora a nuestras espaldas y la gente estaba intrigada, decía que el tiempo al otro lado de ellas no transcurría, que se detenía y todo aquel que traspasaba los límites de las dunas se quedaba atrapado en el tiempo para siempre y  no podía volver a su casa. Desde siempre han desaparecido mujeres y sus hijos, mujeres que eran maltratadas por sus maridos, éstos, como si una maldición les persiguiese, una vez desaparecidas sus mujeres fueron cayendo en desgracia, perdiendo sus ganados, sus jaimas y sus camellos hasta quedar en la más absoluta de las miserias.  Pronto se corrió la voz de que era un hombre que vivía al otro lado de las Dunas del Tiempo que se llevaba a las mujeres maltratadas para protegerlas a ellas y a sus hijos, echando una maldición al marido para que en poco tiempo se hundiese en la más absoluta de las miserias. Siempre que se tenían noticias de alguna mujer maltratada por un hombre, ésta, al poco tiempo, desaparecía de la faz de la Tierra y, con ella, toda su prole de hijos e hijas, y, efectivamente el marido caía en desgracia. Con ello, han sido cada vez menos los hombres que han maltratado a sus mujeres, mas que nada por el miedo de caer en desgracia y ser miserables el resto de su vida, lo cual ha sido de una gran ayuda para las mujeres, cuando son maltratadas invocan al Hombre de las Dunas y el marido ceja en sus daños por si acaso. Yo... la verdad no creo en el Hombre de las Dunas, pero por si acaso nunca he maltratado a una mujer, por eso soy viejo y sabio, por eso soy vuestro mulá espiritual, porque sigo las enseñanza de Alá y no voy contra su Ley. Una vez mas los hombre menearon la cabeza en señal, dando de asentimiento como de incredulidad, y al poco rato, con la hoguera siendo apenas unas débiles brasas, se fueron marchando a sus jaimas a conciliar el sueño pues a la mañana siguiente les tocaba continuar su camino. 

Un hombre se quedó hasta el final, era el último que estaba sentado frente a la agonizante hoguera, cuando estuvo solo, se levantó parsimonioso y, dirigiéndose a las Dunas del Tiempo, se introdujo en un estrecho pasillo apenas visible si no se conocía su existencia. Durante un largo rato caminó por el desfiladero estrecho donde apenas cabía un hombre, y durante toda la noche caminó siguiendo un curso por él bien conocido.

 Con las primeras luces del alba, desembocó al otro lado de las Dunas del Tiempo y contempló el espectáculo que se ofrecía a sus ojos, unas construcciones mas bien primitivas, pero sólidas, mujeres que acudían al lago que estaba en el centro del oasis donde crecían innumerables palmeras datileras, niños corriendo y jugando a pesar de lo temprano de la hora y, en un promontorio pequeño, la edificación de una especie de templo, una ermita erigida con adobe que era el material mas sencillo de fabricar, un poco frágil pero la falta de lluvias lo hacía seguro. Unas mujeres levantaron la cabeza y lo vieron aparecer  al final del pasadizo entre las dunas, al instante dieron la voz y todas corrieron junto a los niños a saludar al Hombre de las Dunas, el que les había salvado de su destino incierto y les protegía en el oasis donde el tiempo se había detenido, donde nadie envejecía y todos permanecían con el mismo aspecto que tenían cuando fueron llevados por el Hombre. Ésta vez no, hoy no había traído a nadie con el pues las mujeres de la caravana que se estaría marchando en aquellos momentos no eran maltratadas por sus maridos, pero los tendía vigilados y en caso contrario volvería para rescatarlas de su destino... Al fin y al cabo, durante tantos siglos el Hombre de las Dunas hacía su labor en favor de los desvalidos... y las mujeres musulmanas se lo agradecían pues con eso evitaba abusos y vejaciones. El Hombre de las Dunas se sentó satisfecho a contemplar su obra y dio las gracias a Alá por haberle dado el don que poseía... el  Amor.  

 

  RafaEl Mago de la Chistera27 de junio de 2006      

 

Duermo

 

 

Guiño

 

DUERMO

  Duermo...En el vacío que deja tu ausenciaLa incertidumbre de mi cama, vacíaDe mi vida que, con tanta pacienciaVoy acomodando, día a díaSin dejar de pensar en ti ni un instanteCada momento, cada latido de mi almaEs un constante mirar a ti, sentir tus palabrasCuando decían que era para tiTu verdad, tu vida... tu templanza. Duermo...Y en la noche fría con tu silencioJunto a mi, como única compañíaCon la almohada triste sin tu cabeza apoyada,Sintiendo el frío de la noche Y en mi alma tus palabrasAquellas, traicionando nuestras AlmasQue aseguraban ser yo tu única añoranza,Despertaste en mi la ansiedadTambién una extraña calmaQue acompañó aquel tiempo en que juntosSentíamos lo mismo en nuestra cama. Duermo...No quiero despertar cada mañanaSintiendo el vacío, sin ver junto a mí tu caraSer lo primero que veía al romper el alba.Ahora solo hay silencio, soledadY quiero salir de esto y vivir otra vez como antesRecuperar la calma que me robasteAquella mañana al marcharte sin decir palabra.Por eso hoy... Duermo...Y ni despertar quiero ésta mañanaQuiero dormir para siempre no ver que me faltasNi sentir el dolor que, día a día, estáRompiéndome el Alma. Duermo...Trato de encontrar la calma.  Rafa16 de mayo de 2006 

 

Silencio

MAGO
Silencio...
el parque está vacio
no hay ni siquiera viento
y mirando en torno, me digo
que mejor estaré así solo,
dando un paseo contigo
que te llevo en el alma prendida
que caminas, lentamente a mi lado
y así siempre, solo... sigo.
Silencio...
Las nubes quiern dejarme
envolverme en tibia presencia
poco a poco mojarme
con sus gotas de lluvia, y tu esencia
me lleva de la mano al paseo
me duela tanto tu ausencia
que cuando miro y no te veo
quisiera morir de impaciencia.
Silencio...
Los árboles no suelen mirarme
si voy entre ellos andando
tan solo prefieren gritarme
donde vas tan solo, mientras tando
yo busco tu imagen en el suelo
entre las hojas caídas, ya muertas
que voy lentamente pisando
con mis pasos, mi vida ya yerta
de amores que nunca han llegado
a ser nada en la espera.
Silencio...
de aquí... me voy alejando...
Rafa
12 de junio de 2006

Hablando de soledades...

Hablando de soledades...

 

Se atrevió a llamar a mi puerta... se introdujo en mi alma y decidió que ese iba a ser un buen lugar...jugo con los sentimientos y cuando las lagrimas afloraban a mis ojos , ella se regocijaba...y me hablaba compasiva... yo la escuchaba lánguidamente y me dejaba llevar por sus sensaciones...

Se aposentó fiel y querida...la llamaba cada vez que la necesitaba ...nunca me huía y la llegué incluso a amar...

Me bastaba su mera compañía...ella y yo...unidas en un abrazo eterno...besándonos en cualquier momento...sin esconder nuestra pasión...

Me apoyaba en ella...la deseaba a veces incluso contra mi voluntad... la extrañaba si en algún momento decidia abandonarme...

Ella y yo...inseparables... amantes incondicionales...

Hasta que un buen día... un nuevo amanecer, en una playa lejana, me invitó a un sueño... y entonces mi soledad tuvo que dejar su lugar a la esperanza...a la ilusión y las miradas que llenaban mi momento....

Adios soledad...quizás algún día volvamos a encontrarnos... mientras tanto...atesoro cada instante que él me regala con su presencia...su voz...sus letras...su nombre...su mirada...la brisa de su mar y el color de sus temores...el sol en sus palabras...la sonrisa en sus labios...y en ese beso que un día me habrá de llegar...

Adios soledad...hoy prefiero a mi sueño y te dejo partir...ya te dejo marchar...

 

angie

El hombre y la niña

 

 

 Triste

 

 

 

Era un hombre joven aún...

 

andaba llevando de la mano a una niña pequeña, de unos 8 ó 9 años nada mas, sin duda alguna era su hija e iban por la calle caminando, despreocupadamente, charlando muy animadamente entre ellos. Su aspecto, bastante humilde, denotaba su baja condición social, el llevaba una americana que había conocído tiempos muchísimo mejores, un pantalón arrugado y unas deportivas de las que no se podía apreciar su color original, no obstante, todo en el, denotaba un cierto cuidado de su persona.

La n´ña llevaba un vestido de colores estampados, unas deportivas sin calcetines y una cinta al pelo que lo recogía en una preciosa cola de caballo, iba de la mano de su padre y, de cuando en cuando, levantaba su carita atenta a las palabras que le dedicaba en correspondencia a sus preguntas que no cesaban

No llevaban, aparentemente, iniciativa alguna, solo pasear juntos. Al pasar por un espacio donde se acumulaban los contedores de basura, d esos grandes que están siempre en la calle, el hombre abriño la tapa del primero que estaba mas a su alcance y se asomó a su inerior indagando sobre su contenido. Claramente se deducía que ambos se dedicaban a lo que se llama la "busca" como medio de via, en los cubos de basura, si se sabe buscar, hay muchs veces autenticos tesoros, al menos para ellos.

La niña ironeaba de la americana de su padre reclamando su atención para que la dejase ver. El la levanto en sus brazos asomandola al interior y dandole una serie de explicacioens que no llegue a escuchar, pero no hacía falta, le estaba enseñandoa sobevivir, una leccion de vida que iba a serle muy útil en el futuro de su vida marginada, casi con toda seguridad.

En esto, la niña dio un gritito de alegría, habia encontrado una muñeca un poco ajada, pero que estaba en muy buen estado, al menos a ello se lo debio parecer porque la agarró con fuerza contra su pecho y pidió a su padre que la dejase en el suelo.

Mientras el rebuscaba en la basura, ella se puso a la tarea de atildar la muñeca, alisandole el vestido, manchado, que la cubria y tratando de atusarle los pelos desiguales, una vez terminada la toilette, le estampó un beso en cada mejilla y la puso en su regazo.

El padre había terminado, en una bolsa de plastico habia colocado algunas cosas que le eran válidas, y agarrando a la niña de la mano, reemprendieron su camino. La niña le enseñaba al padre la muñeca y éste la sonreía con amor pintado en el rostro y la mirada cálida de un padre al ver a una hija feliz...

Yo me los quedé mirando y sentí una cierta envidia por la niña, estaba con su padre y su muñeca, las dos pertenencias mas queridas para ella en el mundo y era feliz, seguramente no tendría nada en su vida par serlo, pero lo era.

Todo ello no tenía la menor importancia, no iba a cambiar el curso de nada en el mundo, la gente seguiría siendo igual que antes, pero a mi me pareció que había visto el milagro de la Vida, del amor y la ilusión que tengo perdida desde hace años.

Afortunada la pequeña que acompaña a su padre al "trabajo"... ¿cuantos hubiesemos deseado hacer lo mismo con nuestros padres...?

Son las cosas que me hacen pensar que sigo siendo . . .

Apenas nadie

Rafa

 

Juan Salvador Gaviota

 
 
 

 
SOBRE EL MAR


Volando a gran altura, planeando sobre el viento
volando son soltura ya casi sin aliento
vuela lentamente virando
Juan Salvador Gaviota busca la costa
que a lo lejos se va dibujando.
Sonre el mar... sobre sus olas henchidas
sobre las largas batidas que el viento arroja
fuertemente las olas de conoronas albas espumosas
vuela apenas grávida la gaviota
buscando posarse un instante, cabalgar una ola
recuperar el aliento perdido en el vuelo
que dura ya tantas horas.
logró llegar donde pensaba, a pesar de tantas fatigas
a pesar de tantos reproches
que las otras gaviotas le hacían
aconsejaban no inicar el vuelo suicida
que una gaviota solo vuela de día
y ella vuela ya horas seguidas
sin descansar, sin posarse, allá subida
sobre el viento, las olas las nubes
el cielo que mas necesita?
solo su afan de victoria
de saber que se puede lograr el milagro
de volar de noche y día
sin perderse en viajes tan largos.
¿que nuca se hizo ? ¿que estaba tan loca?
pues si, es cierto, pero su locura es otra
es saberse distinta al grupo
saber que podría lograrlo
y así quiso iniciarlo
y llegó por fin, y sin embargo
fue duro, tenso e incierto
buscar el camino en el cielo
mas si no lo intentas no digas
que nunca jamas lo lograste
pues nunca jamás lo intentaste.
A todos los que, como yo, sois y os sentís,
de alguna forma como
Juan Salvador Gaviota
Locos geniales.
(imprescindibles)
---oooOooo---


Rafa
9 de junio de 2006

Ni noche ni día

 
 



PERLAS


Me gusta el día cuando aún no es día
y tampoco es noche,
es ser y no ser a la vez
luz y oscuridad ínimamente unidas
como dos amantes cuando aman.
Los rumores que acompañaron la noche,
los ruídos que llenan el día
aún no se han despertado, unos,
acostado los otros
y dejan un espacio vacío de sonidos
en el que, cualquier cosa, una simple hoja
cayndo suavemente es capaz
de producir un estruendo, al menos en mi alma
que se encuentra sobrecogida con lo que observa
con la maravilla del día cuando aún no lo es
con la noche que se resite a dejar de ser
la lucha entre ambos por predominar
por perdurar en una batalla perdida
una batalla que ninguno de los dos puede ganar
a ésta hora acabará cediendo la noche,
mas tarde, al anochecer
será el día quien tenga que ceder
y dejar a las sombras señorearse de todo
pero ahora... en éstos momentos
solo estoy yo, nada mas puede turbarme
me quedo paralizado mirando con asombro
simpre me fascina lo que veo, lo que siento
siempre procuro estar fuera, en el campo
a ser posible lejos de lugares civilizados
si puedo lograr, pocas veces lo consigo
pero si puedo llegar a espacios abiertos
en esos precisos momentos
me encuentro a mi mismo, me encuentro a Dios
porque ¿no nos han dicho siempre que Dios
está en nosotros, en cada uno de nosotros?
A lo mejor es verdad y tengo mi parte de Dios
dentro de mi y es en estos momentos
cuando llego a comprenderlo y a vivirlo
con tal intrensidad que me olvido de todo.
Dura poco, es cierto, es escaso
pero por eso, tal vez por ése mismo motivo,
es más hermoso y me encanta aún más.
Y tampoco puedo admirarlo todos los días
a lomejor hasta me aburriría de ello
tal vez, y solo tal vez,
me sea concedido de tarde en tarde
contemplar el milagro diario de la luz
la luz que, incipiente, aparece cada día
para que seamos nosotros mismos y que, por desgracia
tan pocs veces somos capaces de admirar.
Yo quisiera morir enuno de esos momentos,
cuando la oscuridad se torna en luz
poderme incorporar a dicha luz

y en ella... ser Eterno.


Rafa
 

Toda tu

 
 
 
Avergonzado
 
TODA TU
 
 
 
 
Tu sonrisa la llevo clavada en el recuerdo
en el vacío que dejó tu marcha,
desde hace ya... tanto tiempo
que no pude llenar ña añoranza
que fue dejando en mi el invierno,
triste, solo y tranquilo,
sin alterarme en ningún sentido
cuando pienso que te fuiste,
creo yo, sin motivo.
Han pasado los meses,
pronto llegará el estío
caminaré por los mismos caminos
en ellos esperaré que regreses
y vuelvas de nuevo conmigo.
Vana espera, presiento, lo se
no será tan sencillo
que vuelvas de nuevo a ser
mi compañera, mi destino.
Toda tu eres silencio
toda tu eres pasión
mas yo tan solo te siento
cuando late el corazón en silencio.
Toda tu, amor, fuiste mía
a ti me di por entero
nada dejé en el tintero
mo derramé en tí día a día
y ni tan solo obtuve de ti
un adios... una sonrisa.
La noche me devuelve la cordura
que pertí cuando te fuiste,
el día aviva la locura,
aquella que en mi encendiste.
 
 
 
 
Rafa
 

¡¡¡...Vamos a jugar..!!!

OYE NIÑA
 
 
 
Burla
 
 
Oye niña ven a jugar conmigo
jugaremos a piratas, a vaqueros...
a los indios,
lograremos, sobre todo,
llegar a ser amigos.
Juguemos sin pensarlo,
como cuando éramos niños
y salíamos a la calle
a saltar, a reirnos
a ser felices en nuestros juegos
que hoy... hemos perdido.
Ven niña, juega conmigo
sermos escaladores,
subiremos montañas
bajaremos a los rios,
cazarmos fieros leones
o si no, buscaremos grillos.
Quiero jugar contigo
quiero ser tu amigo
y que tengas mil recuerdos
de los sueños perdidos
cuando todo era mas fácil
y era mas sencillo
salir a buscar a la calle
la compañia de otros niños...
Ven niña jugaremos, nada mas,
tu podrás ser Jenny
yo... Tarzán,
quiza Lois Lane
y yo seré Supermán.
Que importa a que podemos jugar
el caso es que los juegos
nos hagan encontrar
lo miles de aquellos sueños
que nos hagan olvidar
la tropiezos que en la vida
nos obligaron a dar.
Ven niña... juega conmigo
venga, vámos a jugar...
Rafa
8 de junio de 2006 

Siempre adelante

Guiño
 
 
 
 
HAY QUE SEGUIR ADELANTE
 
 
 
Siempre, siempre hay que seguir adelante
no mirar atras ni por un instante
con la intención de valorar
que fue, que sucedió ¿no hice bastante ?
que fue lo que pasó que no pude encontrar
la verdad del Amor en aquella mujer
que tuve que abandonar.
 
Por eso, hoy, no miro atrás,
prefiero llegar a pensar
que solo pude lograr aquello
que me correspondía, y nada mas.
Tan solo lo que era mío
lo que podía asimilar en mi Alma
para poder llevar la vida con calma
sintener nunca que llorar.
 
Hoy, con el tiempo sobre la espalda
con los años vividos, las ilusiones vanas
puedo mirar al futuro cara a cara
con la fe y la esperanza
que te dan los años vividos, la confianza
de no tener que demostrar, a nadie, ya nada
pues lo no logrado hasta hoy
aquello que no he podido alcanzar ya
se queda muerto para mi en la distancia
en los años venideros, de eso, no hay nada.
 
Ahora vivo mi vida tranquilo,
con la ilusion y la esperanza
que te dan los años vividos
la experiencia te enseña que nada
tiene mucho sentido
tan solo tu, tu fe y tu esperanza...
 
 
 
 
Apenasnadie
1 de junio de 2006 

TODA TU

TODA TU
 
 
Chulo
 
 
 
Tu sonrisa la llevo clavada en el recuerdo
en el vacío que dejó tu marcha,
desde hace ya... tanto tiempo
que no pude llenar ña añoranza
que fue dejando en mi el invierno,
triste, solo y tranquilo,
sin alterarme en ningún sentido
cuando pienso que te fuiste,
creo yo, sin motivo.
Han pasado los meses,
pronto llegará el estío
caminaré por los mismos caminos
en ellos esperaré que regreses
y vuelvas de nuevo conmigo.
Vana espera, presiento, lo se
no será tan sencillo
que vuelvas de nuevo a ser
mi compañera, mi destino.
Toda tu eres silencio
toda tu eres pasión
mas yo tan solo te siento
cuando late el corazón en silencio.
Toda tu, amor, fuiste mía
a ti me di por entero
nada dejé en el tintero
mo derramé en tí día a día
y ni tan solo obtuve de ti
un adios... una sonrisa.
La noche me devuelve la cordura
que pertí cuando te fuiste,
el día aviva la locura,
aquella que en mi encendiste.
 
 
 
 
 
 
 
APENASNADIE
29 DE MAYO DE 2006 

No solo vivo de recuerdos

NO SOLO VIVO DE RECUERDOS


A veces doy la impresión, errónea por cierto
De vivir solo de recuerdos,
De no encarar mi tiempo
Y sumirme únicamente en ellos.
Nada, realmente, mas incierto.
Los recuerdos son eso, vivencias de antes,
Cosas que te llegan en el tiempo
Y llenan, por unos instantes
La mayor parte de tus anhelos,
Para luego alejarse
Dejándote, al menos a mi, satisfecho.

Vivo mi tiempo, nunca lo he dudado
Nada quiere decir que busque en el pasado
Historias y recuerdos que el tiempo atrás ha dejado
Para que vuelva por ellos cuando desee,
Sin alejar de mi lado
El presente que ahora vivo y que no pienso dejarlo.
Solo son eso, como digo, hechos atrasados
Que el tiempo y la vida nos ha ido dejando,
Con la intención, sana por cierto
De poder repasarlos cuando queramos.

No pienses que vivo en el pasado,
No creas que me atrás me he quedado
Que vivo bien el presente que me toca vivir
Con las cartas que me han dado
Buenas o malas tengo el juego ganado
Pues si sin malas y no hay descarte
De farol juego... y gano.


Rafa
16 de mayo de 2006

La mujer joven

LA MUJER JOVEN


El hombre estaba sentado en el suelo, apoyada la espalda contra la pared. Tenia a su lado sus pocas pertenencias, una viejísima bolsa de viaje, una gorra en el suelo con unas pocas, muy pocas, monedas que brillaban tenuemente a la indecisa luz del crepúsculo ya muy avanzado. En sus manos sostenía una vieja guitarra muy arañada y estropeada que, a duras penas, dejaba escapar alguna nota tristemente tañida de sus cuerdas igualmente antiguas.

Al rato, aburrido de su soledad, dejó la guitarra a un lado y se puso a contemplar la calle vacia que, ante él, se abría a un lado y a otro, sin mas movimiento que alguna que otra hoja arrastrada por el viento que empezaba ya a ser frío en aquel atardecer de finales de octubre. Apoyó la cabeza sobre los brazos cruzados, teniéndolos apoyados sobre sus rodillas dobladas y se sintió tremendamente solo y abatido. La Vida no era como se la habían contando, eso ya lo habia supuesto, pero que fuese tan dura era impensable. Durante un largo rato estuvo meditando sobre su suerte, su negra suerte, su perra vida que en definitiva ¿a quien importaba...? ni tan siquiera a él mismo.

--¿porqué has dejado de tocar...? dijo una voz a su lado sobresaltándole...
--¿Y para que...? ¿no hay nadie a quien le interese ni lo escuche?
--Yo si estaba escuchando y me gustaba mucho, pero veo que las cosas no te van muy bien no ¿
--¡Que va...!-- exclamó el hombre—en realidad soy supermillonario pero cuando me aburro me vengo a tocarme las narices aquí y, de paso, se las toco a la gente que viene, no te jode la tía...!

Porque era una mujer joven la que estaba a su lado, pero no pareció sorprenderse por su abrupta respuesta, es mas, una sonrisa naciendo en su boca iluminó su cara como la luz de un faro en las tinieblas.

Ya se que es una pregunta tonta, perdona, pero es que me gustaba mucho lo que todabas, estaba escuchando aquí arriba y al dejar de oirte he bajado por si te pasaba algo.

--Pues que yo sepa no me pasa nada, estoy de puta madre, me sobra tiempo y mugre, sin contar hambre y otras cosillas de poca monta.

--¿Has cenado ¿ --¿Cuándo, ayer... anteayer...?

--Ya veo que nos entendemos—Dijo la mujer –Venga ven, te invito a cernar en casa, vivo aquí arriba en una buhardilla, no es gran cosa, pero es mejor que la calle.
--¿Y no te doy miedo...? podría ser un asesino, un villador, que se yo... alguien realmente malo.
--Que va, se nota que eres buena persona, el que estés en la calle no indica que seas malo... eso si, esto tiene una condición.
--Ya decía yo que gratis no era... a ver, dime...
--Me tienes que contar tu historia y cantarme alguna canción.
--Bueno, de hablar no hay problema, no hablo con casi nadie y en cuanto a cantar si no te rompo los oídos allá tu, pero no me vengas luego con historias.

Y levatándose del suelo, recogió las pocas mondas que tenía en la gorra y agarrando su guitarra y la vieja bolsa de viaje, se dispuso a seguir a la mujer que, sin esperar a más, se puso a andar en dirección al portal más cercano invitándolo a entrar.

--Venga pasa, que empieza a hacer frío y llevas poca ropa
--La que tengo, no hay mas que lo que ves.

Subieron un poco a oscuras los viejos escalones de madera, desgastados por los miles de pies que, con toda seguridad, habían conseguido hacer aquellos desgastes en sus bordes. Al poco llegaron al último rellano de la escalera, a ambos lados se veían dos puertas con sendos cartelillos sobre ellas: Izda., y Dcha., la mujer se dirigió a la derecha y abrió la puerta con una gruesa llave que sacó del bolso.

--Entra—le dijo – que se escapa el gato.
--¿Tienes gato ¿
--No hombre, es una expresión para decir que se escapa el calorcillo de la casa.
--Ah, es que no me gustan los gatos ni un pelo, y eso que yo a ellos si que les gusto...

Al entrar pudo comprobar quela buhardilla era mas bien parca en muebles, pero acogedora, un calorcillo emanaba de su interior invitando a entrar y sentirse cómodo, a gusto. El hombre titubeó un poco en la entrada indeciso sin saber muy bien lo que hacer.

--Pasa, no te quedes en la puerta, hombre, que no muerdo.

Pasó, dejando a un lado de la entrada la guitarra y la bolsa de viaje y con timidez se acomodó en uno de los dos sillones que presidían la estancia que, junto a una mesa baja y un par de sillas era todo el mobiliario del que disponía. En las paredes colgaban un par de posters de viejos grupos de los años 70, una ventana pequeña en el techo era toda la luz exterior que entraba en la habitación, aunque a éstas horas de la tarde penas si se notaba algo de claridad.

Ella se sentó frente a él en el otro sillón y mirándole fijamente a los ojos le dijo:

-Tienes unos ojos azules preciosos, espero que sean el síntoma de sinceridad que presiento en ti, bueno y dime, cuéntame algo de ti, de tu vida, así pasaremos el rato mas entretenidos hasta la hora de la cena, que aún nos faltan un par de horas, so pena que desees cenar mucho antes, en ese caso dímelo sin problemas ¿eh...?

El fin, el hombre se decidió a hablar. Empezó contando alg de su vida de niño, en la Ciudad Lineal, en solitario, casi siempre, con pocos o ningún amigo con quien jugar, de sus juegos infantiles, ya lejanos en el tiempo y en el recuerdo, de sus paseos por los campos que rodeaban su casa, con su perro Tom, su honda, no la moto, una honda que se fabricó él mismo y que llegó a usar con bastante acierto, claro que nunca mató ningún pájaro con ella, ningún animalillo, solo era para distraerse, hacer puntería y esas cosas de críos.

Le habló de sus miedos, de sus ilusiones, rotas todas ellas como podía comprobar. Del colegiom de sus padres... parecía que aquella mujer conseguía de él todo lo que se proponía, hablaba y hablaba como hacía mucho tiempo que no conversaba con nadie y, curiosamente, se sentía relajado y feliz hablando con ella.
Después le habló de su situación actual, tan miserable como podía comprobar, y sin embargo no entendía muy bien como había llegado a esos modos de vida. Desde que se había separado de su mujer, hacie ya unos cuantos meses, había perdido un montón de cosas, trabajo, amigos, familia, todo en definitiva, vivía en la calle, comía cuando podía, que no era siempre, y dormía allá donde encontraba un hueco para sus huesos.

Tiempo después, casi una hora, calló por fin, tenía los ojos brillantes y ligeramente acuosos pero se sentía muy bien, tranquilo y hasta un poco feliz, si cabe, algo extraño que ya había olvidado.

La mujer le miraba en silencio, con una mirada dulce y tierna, como comprendiendo perfectamente lo que escuchaba y que, parecía, conocer y no asombrarse en absoluto, como corroborando algo ya sabido pero que necesitaba de comprobación. Su aire era un poco misterioso, algo extraño había en ella, algo indefinido que brotaba de su actitud...

El hombre, mirándola a los ojos, le dijo:

--Bueno, ahora cuentame algo de ti, porque aquí solo hablo yo.

Ella siguió unos instantes en silencio y suspirando dijo:

--Verás, no vas a creer nada de lo que te diga y no se muy bien si debo decírtelo.
--Prueba y veremos—dijo él.
--Bueno, en realidad no es casual que estés aquí hoy conmigo, ha sido provocado nuestro encuentro... Verás... me repito y no es natural en mi... Yo soy un Ángel, en realidad soy tu Ángel de la Guarda...

Se la quedó mirando muy serio mirando de reojo a la puerta para salir corriendo en cualquier momento.

--“Una loca, esta tía está como una cabra...”
--No, no estoy como una cabra ni estoy loca, en realidad si que soy tu Ángel de la Guarda, aunque no me creas y hoy he decidido que ya está bien, que tienes que salir de ésta situación lo mas rápido posible.
--¿Y como lo vas a hacer... me va a tocar la lotería...?
--No hijo, tienes que trabajártelo tu mismo, pero con un poco de ayudita por mi parte, Allá Arriba están preocupados por ti y me han pedido que te de un empujoncito, tampoco demasiado, pero una ayudita si que estás necesitando.
--¿De verdad hay Algo Allá Arriba...? no me lo puedo creer, no soy creyente...
--No importa si crees o no, existe y es lo que cuenta, claro que yo soy el contacto y recibo órdenes de mi Jefe, el cual a su vez las recibe del suyo y así sucesivamente hasta Dios que lo coordina todo, pero como es lógico ni siquiera El mismo puede estar al tanto de todo lo que sucede, por eso estamos nosotros.
--Vaya rollo me estas metiendo pero al menos estoy bajo techo con perspectivas de cenar y pasar la noche un poco menos problemática.
--¿Quieres cenar ya...? venga vamos, que soy muy egoísta.

Y se pusieron manos a la obra, llevaron unos platos a la mesita baja y cenaron ambos.

La cena fue abundante pero en un solo plato, un estofado de carne con varias cosas más, patatas, verduras, pan y un vino excelente, el repitió dos veces.

Al final, le invitó a un café y sacó un paquete de cigarrillos rubios enciendo uno cada uno y, recostándose en los sillones, continuaron su charla, ahora mas amena con la tripa llena, que siempre ayuda lo suyo...

Cogiendo su guitarra el hombre le dijo que le cantaría un par de canciones propias.

--Mira, te voy a cantar una que compuse en una tarde de soledad lluviosa, en el colmo de la originalidad la llamé Tarde de Lluvia:

Llueve fuera está lloviendo
Y tu no estás a mi lado
Poco a poco me duermo
Y entre mis sueños te veo.

Sueño que estás a mi lado
Vamos los dos de la mano
Por un camino que lleva
Cerca muy cerca del Cielo.

Soñé... que allí nos sentamos
Soñé... que allí te besé.
Como.... como nos amamos.
Cuando... aquello soñé.

Las notas de la canción se fueron apagando y ella volvió a mirarlo con aquella mirada que derretía, que te envolvía en un mundo de tranquilidad, de paz interior.

--Tu aún no lo sabes, pero saldrás de esta, y dentro de unos años escribirás poemas, relatos y casi seguro que serás escritor aunque la fama no te llegue y el dinero tampoco, pero no lo vas a necesitar.
--¿Yo escritor...? vaya un Ángel de la Guarda que me ha tocado... pero si no se ni juntar dos letras con cierto orden, solo compongo canciones y escribo sus letras, pero poco mas.
--Aprenderás... te lo digo yo.

--Bueno—dijo ella –me voy a dormir que mañana tengo que levantarme muy pronto, puedes dormir en ése sofa del rincón, es cómodo. Ah... toma ésta tarjeta y te vas a visitar a ésta persona, me debe algunos favores por ayuditas que le hice y el te dará trabajo, pero con esa pinta no puedes ir, te dejaré un traje y una camisa de otro que estuvo aquí hace tiempo y se lo dejó, es de tu talla mas o  menos, buenas noches que descanses.
--Buena noches—le dijo el y vio un sofá en un rincón que le había pasado desapercibido.

A la mañana siguiente, al despertarse, vio sobre uno de los sillones un traje, camisa, corbata y zapatos listos para ponérselos y una nota que decía simplemente: Adiós y suerte, siempre estaré contigo. No tendió muy bien el mensaje, pero se vistió con aquellas ropas y salió a la calle en busca de la dirección de la tarjeta que ella le había dado la noche anterior.

A media mañana volvió contento y corriendo, le habían dado un trabajo muy acorde a sus necesidades, y volvía a contárselo a la mujer. Cuando llegó al portal subió los escalones de tres en tres y, jadeando por el esfuerzo, llamó a la puerta de la buhardilla. Nadie contestó, insistió con el mismo resultado. Al poco salió una mujer de la puerta de enfrente y le preguntó secamente:

--¿Oiga, que es lo que quiere...?
--Verá, buenos días, llamo para que me abra la mujer que vive aquí
--Ahí hace años que no vive nadie, está vacía y no tiene cerradura, puede comprobarlo Vd mismo empujando la puerta.
--Pero yo estuve anoche aquí con una mujer cenando, hablamos, cantamos unas canciones y nos dormimos, cada uno en su cama, no crea nada raro ¿eh...?
--A mi me da los mismo lo que haga, pero ahí no vive nadie y anoche si que escuché una guitarra y alguien cantando pero como se calló pronto y n molestó no llamé a la Policía, ande váyase cuanto antes y no moleste mas por favor. Y diciendo esto cerró la puerta.

El hombre, aturdido, empujó la puerta que se abrió con un chirrido producido por sus goznes viejos y hereubrosos. La estancia era como la había visto la noche anterior, dos sillones llenos de polvo y medio comidos por la polilla, una mesa baja, una vieja estufa de butano en un rincón y en otro un sofá desvencijado. A un lado de la puerta estaban su guitarra y la vieja bolsa de viaje, pero ni rastro de la mujer ni de ningún posible habitante de la buhardilla si exceptuamos algún que otro ratón que, con toda seguridad, habitaban en las entrañas polvorientas de los sillones.

Dio unos pasos indecisos buscando alguna huella de la noche anterior, habían desaparecido los platos de la cena y no había signo visible de estar habitada, parecía, efectivamente, que nadie vivía allí desde hacía muchos años.

Se puso al hombro la guitarra agarrando la bolsa con una mano y salió de allí, no sin darle un vistazo a aquella habitación donde había sucedido algo extraño, lo mas extraño de su vida y que no iba a olvidar jamás, allí, de pié en el centro de la estancia, se juró que algún día, dentro de muchos años, contaría aquella historia para que todo el mundo supiera que, efectivamente, los ángeles de la guarda existían, al menos el suyo.




Rafa
10 de mayo de 2006