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Apenasnadie

Era un hombre joven aún...

 

andaba llevando de la mano a una niña pequeña, de unos 8 ó 9 años nada mas, sin duda alguna era su hija e iban por la calle caminando, despreocupadamente, charlando muy animadamente entre ellos. Su aspecto, bastante humilde, denotaba su baja condición social, el llevaba una americana que había conocído tiempos muchísimo mejores, un pantalón arrugado y unas deportivas de las que no se podía apreciar su color original, no obstante, todo en el, denotaba un cierto cuidado de su persona.

La n´ña llevaba un vestido de colores estampados, unas deportivas sin calcetines y una cinta al pelo que lo recogía en una preciosa cola de caballo, iba de la mano de su padre y, de cuando en cuando, levantaba su carita atenta a las palabras que le dedicaba en correspondencia a sus preguntas que no cesaban

No llevaban, aparentemente, iniciativa alguna, solo pasear juntos. Al pasar por un espacio donde se acumulaban los contedores de basura, d esos grandes que están siempre en la calle, el hombre abriño la tapa del primero que estaba mas a su alcance y se asomó a su inerior indagando sobre su contenido. Claramente se deducía que ambos se dedicaban a lo que se llama la "busca" como medio de via, en los cubos de basura, si se sabe buscar, hay muchs veces autenticos tesoros, al menos para ellos.

La niña ironeaba de la americana de su padre reclamando su atención para que la dejase ver. El la levanto en sus brazos asomandola al interior y dandole una serie de explicacioens que no llegue a escuchar, pero no hacía falta, le estaba enseñandoa sobevivir, una leccion de vida que iba a serle muy útil en el futuro de su vida marginada, casi con toda seguridad.

En esto, la niña dio un gritito de alegría, habia encontrado una muñeca un poco ajada, pero que estaba en muy buen estado, al menos a ello se lo debio parecer porque la agarró con fuerza contra su pecho y pidió a su padre que la dejase en el suelo.

Mientras el rebuscaba en la basura, ella se puso a la tarea de atildar la muñeca, alisandole el vestido, manchado, que la cubria y tratando de atusarle los pelos desiguales, una vez terminada la toilette, le estampó un beso en cada mejilla y la puso en su regazo.

El padre había terminado, en una bolsa de plastico habia colocado algunas cosas que le eran válidas, y agarrando a la niña de la mano, reemprendieron su camino. La niña le enseñaba al padre la muñeca y éste la sonreía con amor pintado en el rostro y la mirada cálida de un padre al ver a una hija feliz...

Yo me los quedé mirando y sentí una cierta envidia por la niña, estaba con su padre y su muñeca, las dos pertenencias mas queridas para ella en el mundo y era feliz, seguramente no tendría nada en su vida par serlo, pero lo era.

Todo ello no tenía la menor importancia, no iba a cambiar el curso de nada en el mundo, la gente seguiría siendo igual que antes, pero  a mi me pareció que había visto el milagro de la Vida, del amor y la ilusión que tengo perdida desde hace años.

Afortunada la pequeña que acompaña a su padre al "trabajo"... ¿cuantos hubiesemos deseado hacer lo mismo con nuestros padres...?

Son las cosas que me hacen pensar que siigo siendo . . .

Apenas nadie

23 de abril de 2006

1 comentario

Lejos pero cerca tuyo -

Esta es otra historia de amor que también enseña valores a una sociedad consumista como la nuestra donde el tener es más que el ser. Muchos padres creen que aman a sus hijos porque los proveen de cosas que no siempre son las necesarias y no dejan tiempo para la ternura y la comprensión. Por cierto que no es lo deseable la pobreza o la miseria para ningún ser humano pero que importante saber ver y reconocer en el otro los valores que muchas veces nos faltan a nosotros.